jueves, 24 de noviembre de 2011

Por pensar de vez en cuando...

Éstos días están siendo un poco extraños... La verdad, a veces pienso que estoy acostumbrado a todo, pero hay días en los que la vida tiene un color más... descolorido... Quizás es que la rutina que tanta bipolaridad me causa se ha vuelto tan extraña que ni yo la entiendo. O puede que las cosas a las que estaba acostumbrado no siguen saliendo por sí solas, y el mundo me da la opción de ser el motor de esas cosas, de tener que hacer que avancen en lugar de esperar a que me caiga todo del cielo...

Sin embargo, hoy siento que tengo que hacer una entrada de la vieja escuela, de las que hacía en tuenti, o con las que comencé el blog, para contar una de mis reflexiones de antes de dormir, que no hay por donde cogerla... No me hace gracia porque estaba escribiendo una crónica legendaria de Cuatro Vientos, pero hoy por hoy me falta la inspiración... Creo que lo siguiente lo he escrito para excusarme, para buscar la comprensión de aquellas personas a las que decepciono, pero contra lo que no puedo ni siento fuerzas para hacer nada...

Sin ninguna duda, las cosas que más me duelen son las que escapan de mi control. Me guste o no me guste, lo asuma bien, o sufra para aceptarlo... Pero sobre todo, me jode, hablando mal, quemarme por ello...


A veces hay cosas que no tienen solución. Quizás por el rastro de decisiones erróneas de personas ajenas a mi vida, hoy yo tengo la cruz de "no saber apoyar" a los demás. Me cuesta hablar de ésto, pero sé que desde pequeño yo tuve la mala experiencia de ver a las personas que quiero sufrir. Vi durante años como el daño que puede causar una sola enfermedad a una persona puede volcar a tantas personas, tanto esfuerzo, tanto amor, para luchar, evitar y aplazar un destino que ya de antes podía estar abocado al fracaso... La comparación que he hecho para lo que quiero identificar no es la mejor, incluso lejos de animar, puede llevar a sentar como un ladrillazo en la moral... Sin embargo, todas las personas que pasamos por cosas buenas y malas, todas cargamos con nuestra cruz, a veces enorme, a veces pequeña... Hoy miro al pasado y recuerdo cosas que de ocurrir hoy serían funestas, pero que por aquel entonces parecían "menos malas", y que quizás me han provocado que todas las cosas que suceden hoy me sean indiferentes, aunque tampoco dudo que es gracias a todo mi pasado que hoy sea quien soy... Puede que haya sufrido mucho (que lo dudo), puede que tenga mis pequeñas cosas, como todos, o que mi pequeña cruz me quede demasiado grande para mí...


Pero lejos de rendirme, todas aquellas grandes cosas por las que he luchado las he conseguido, todos los males que atormentaron mi pasado están hoy lejos. Y puede que para ver el verdadero brillo del Sol, sólo haya que saber como mirarlo... Porque muchas veces lo que queremos no es lo que necesitamos, y que por bueno o malo, predecible o inesperado, todos los finales suceden por algo...

1 comentario:

  1. Alvaruky, voy a dejarte un sencillo "gracias", pero en esa palabra... no te imaginas el bien que guarda al haberte leído en este post. Él te lo pague.

    Un abrazo

    ResponderEliminar