El pasado agosto, se celebró en Madrid la vigesimosexta Jornada Mundial de la Juventud, un encuentro organizado por la Iglesia Católica, en el que el Papa invita a personas de todo el mundo, generalmente jóvenes, de cualquier confesión, a vivir una experiencia única, en el que él les transmite diversos mensajes, ofreciendo respuestas a los problemas existenciales de la vida y dando testimonio de Fe y de Jesús. Hace 4 años, la archidiócesis de Madrid en colaboración con las diócesis de Getafe y Alcalá iniciaron un proyecto, la Misión Joven, con el objetivo de predicar el Evangelio entre los jóvenes, y finalizar con una peregrinación a Roma, en la que en un encuentro con Benedicto XVI, le pidieron que concediese a Madrid la sede de la JMJ de 2011. Así, en Sidney, en julio de 2008, se escogió a Madrid...
El signficado de esta elección hizo que desde el primer día se comenzase a trabajar, con el apoyo de los gobiernos locales, regionales y nacionales, que se comprometieron a colaborar.
Desde mi experiencia, puedo agregar muchísimas cosas, para mí todo comenzó en un acto de preparación para la JMJ, que se celebró en Santiago de Compostela el verano pasado, tras el cual decidí inscribirme como voluntario de acogida... Toda la organización, los alojamientos, los distintos encuentros culturales, la programación, los productos, la alimentación de los peregrinos... Parecía una nebulosa que poco a poco fue cogiendo forma... Hasta que en julio, junto con mis compañeros, comenzamos una labor de inspección de institutos en Fuenlabrada para evaluar su estado de cara a la acogida de personas. Desde julio hasta el mismo 16 de agosto, tuvimos semanas de llamadas, reuniones, idas y venidas de un lado a otro, de Madrid a Fuenlabrada, unas personas decían unas cosas, otros otras... Para mí, solamente prepararnos para algo tan grande, para dedicar todo nuestro tiempo y nuestro esfuerzo para acoger a unas personas nos hacía sentir tan llenos que no soy capaz de describir. Uno se da cuenta cuando estás disfrutando de momentos con tu familia, o en la piscina, y suena el móvil para comunicarte que el reparto se ha adelantado y tienes que estar en 20 minutos en tu alojamiento... Pero no trabaje solo, porque la disposición que me ofrecieron mis amigos, siendo ateos, agnósticos o protestantes, para aparecer en ese escaso período de tiempo, para colaborar para descargar desayunos, mochilas, libros, etc, fue una gran ayuda aunque en muchos momentos te encontrabas solo, y no había nada más, porque si no lo hacías tú, no lo hacía nadie...
Tras una preparación muy dura e intensa, llega el momento. Una semana que llevas más de un año esperando, y tan intensamente organizando las últimas semanas. Llega el momento en el que te encuentras a las 8 de la mañana, con tus 5 compañeros en el polideportivo de la Solidaridad, ultimando los últimos detalles, cuando ves en la distancia que se paran varios buses, de los que empieza a salir más y más gente... Hasta que te encuentras la explanada de enfrente llena de italianos, se dirigen a ti sus responsables, que apenas saben español, y te toca improvisar, o buscar entre ellos gente que nos interprete... Cuando todo queda aclarado y consigues repartir todas las mochilas entre más de 650 personas y tienes que repartiles en grupos para poder llevarles a comer... Personalmente, pocas veces me he divertido tanto y sentido más realizado que caminando con una escolta de 150 italianos, que van cantando, dedicándote canciones para agradecerte que les lleves a comer, y mostrando tanto interés por las pequeñas cosas en las que tú les puedas ayudar o explicar...
Me gustaría centrarme en lo que ofreció la JMJ. Una experiencia de Fe y de vida únicas, un amplísimo programa cultural con más de 300 actividades entre conciertos, exposiciones, obras de teatro, talleres, y un largo etc.
A pesar de todo, las críticas que se recibieron días antes, durante y después de la JMJ fueron numerosas, pero no “alarmantes”...
La primera hacia referencia al coste del evento y a la supuesta financiación por parte del Estado. La JMJ tuvo un coste de 50 millones de euros, y se sufragó en un 70% por las cuotas de peregrinos y un 30% de capital invertido por patrocinadores privados, como Coca-Cola, El Corte Inglés, Mahou, etc... El importe para los peregrinos, a excepción de los procedentes de países subdesarrollados que tenían ventajas, no era en ningún caso inferior a 200€ (sin contar los gastos del viaje y de la organización de su grupo), y en él incluía el alojamiento, gastos de organización, mochila (con camiseta, YouCat, planos de Madrid, guía de eventos culturales, un gorro, rosario, medicina y una cerveza SIN por cortesía de Mahou), los vales de comida para los restaurantes que se habían ofrecido a colaborar, un bono de transportes (éste si contaba con un descuento sobre su precio real) y una donación al fondo de solidaridad, para ayudar a peregrinos que no pudiesen pagar todo el importe del viaje.
El único coste que ha tenido para el Estado ha sido la movilización de los cuerpos de seguridad y emergencias, y a pesar de que los sectores escépticos, a los que todo lo que tenga que ver con la Iglesia les parece mal y se quieran quejar, cualquier acto que reune a una multitud de más de 1000 personas necesita una dotación de cuerpos de seguridad y emergencia, así que no mencionemos si los que se juntaron llegaron a sobrepasar los 2 millones de personas.
La supuesta subvención del Estado (no quiero entrar en esta filtración porque sería meterme en asuntos políticos y no es lo que me interesa ahora mismo) conllevo a la organización de una “pacífica” marcha laica, organizada principalmente a través de Twitter, que reunió a unas 5000 personas, y que estuvo permitida por la delegación del Gobierno. La manifestación que se produjo el 17 de agosto (17-A, día en que se realizaba el festival de cine en la calle Fuencarral) no tuvo nada de pacífica ni tuvo como eje el motivo que les reunía allí... Aquella jornada, los peregrinos que se reunían el Sol, fueron increpados y amenazados únicamente por hacer turismo en Sol. Se burlaron de ellos y de la Iglesia, con disfraces e imitaciones del Papa, gritos como “Vuestro Papa es un Nazi” y “Dios no existe, rezad a mi padre”, lanzamiento de preservativos a sus caras o burlas cuando éstos se arrodillaban para rezar por ellos...
En relaciones económicas, se presentaron quejas relacionadas con la cantidad de pobreza que hay en el mundo y en este país, y que con semejante crisis se empleen 50 millones de € en una visita de este tipo. Una imagen que ha dado que hablar en las redes, es la de un mendigo en la calle, con un cartel publicitario de la JMJ de fondo... Personalmente, yo tengo una imagen en la mente grabada, cuando fui a coger el metro en Tribunal, había unas colas horribles para salir de la estación. Ahí me llamó la atención como había un violinista con su estuche en el suelo, y muchísimos peregrinos le iban echando una limosna. Pero es una pena que esas no sean las imágenes que aparecen en televisión...
Otra de las cosas que más se criticaron, era que los peregrinos se dedicaban a hacer botellón, menuda juventud católica, cuando una cadena de televisión emitió un reportaje nocturno, “La otra JMJ”. Sin embargo, el SAMUR y la sanidad de la Comunidad de Madrid, no registraron ninguna intoxicación etílica...
Describiendo lo sucedido en Madrid, dejando de lado todas las críticas y sus respuestas, se vivieron momentos impresionantes, preciosos y miles de historias que se podrían enumerar hasta la infinidad, como pudieron ser la misa de Inauguración, la bienvenida al Papa, el Via Crucis del viernes 19, también presidido por el Santo Padre, y la vigilia de oración y misa de clausura en el aeródromo de Cuatro Vientos, en los que aparte de tener momentos para disfrutar, pasar con los amigos, conocer gente y probarse en otros idiomas, sirvieron para reflexionar a través de los mensajes del Pontífice y algunos cardenales...
“Sí, hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias; dar en cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada momento. Estas tentaciones siempre están al acecho. Es importante no sucumbir a ellas, porque, en realidad, conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin Dios. Nosotros, en cambio, sabemos bien que hemos sido creados libres, a imagen de Dios, precisamente para que seamos protagonistas de la búsqueda de la verdad y del bien, responsables de nuestras acciones, y no meros ejecutores ciegos...” Benedicto XVI
“... la fe es un factor decisivo en la vida de cada hombre. ¡Si Dios existe o no existe, todo cambia! La fe es la raíz que nos nutre con la savia vital de la Palabra de Dios y los sacramentos; es el fundamento, la roca sobre la cual construir la vida, la brújula segura que guía nuestras decisiones y da a nuestra vida la orientación decisiva. (…) Sin embargo, muchos hoy se preguntan: en nuestro mundo, que tan a menudo rechaza a Dios y vive como si Dios no existiera, ¿es aún posible la fe? Queridísimos jóvenes: Os habéis reunido aquí, en Madrid, para decir vuestro firme “sí”! “Si”, ¡la fe es posible! (...)” Stanislaw Rylko
En conclusión, basándome en los argumentos que he expuesto, incluyendo parte de mi experiencia personal, mi opinión sobre la JMJ está bastante clara. La gente decía que BXVI iba a venir a España a criticar al Gobierno, sin informarse siquiera de que su mensaje era una predicación de esperanza, de Fe, de vida y de búsqueda de la verdad.
Las personas que criticaban la subvención del Estado y la pérdida de dinero en tiempos de crisis tienen ahí los 40 millones que se recaudaron sólo en comida y los 160 millones de beneficios que ha aportado a la sociedad española, además de la gran proyección internacional que ha supuesto para Madrid y su capacidad a la hora de organizar eventos de este calibre, de cara a posibles candidaturas olímpicas.
Y todas las experiencias personales que se llevan todas las personas que han intervenido, que lo han vivido directa o indirectamente o que han colaborado para que todo esto sea posible, dando ejemplo de comportamiento y convivencia cívica para poder orientar sus vidas por el camino de la verdad.
