domingo, 9 de octubre de 2011

Nos dejamos comer el coco...

Hace justo una semana estábamos volviendo de Guadalupe. Estábamos en el bus, en ese momento tan bonito en el que acostumbramos a intercambiar correos, móviles, aprovechar para cantar las últimas canciones, y el clásico momento de dar testimonio que esta vez no llegó... En medio de aquel caos, destacaban unas compañeras de Leganés, que no habían soltado su Blackberry en todo el fin de semana. Y una de las personas que más admiro en este mundo, y más desde aquel momento, explotó contra esas compañeras...

-¿Pero de verdad os parece normal lo que hacéis? Si vosotras no sois capaces de dar testimonio ni de definir lo que supone esta experiencia, es porque no lo habéis vivido. Porque el móvil os tiene sorbido el coco. Y necesitáis el Tuenti para poder ser personas, y ni siquiera con él lo sois. Porque os empeñáis en conocer a las personas por tuenti en vez de mirándoles a los ojos que es como se debe hacer, y además, después de hablar durante 3 minutos ya sois capaces de echarles todo tipo de piropos. No sois capaces de estar concentradas en nada, y os dejáis manipular por cualquier tío que se os presenta, enrollándoos con él, y dejándole que os haga de todo, porque no tenéis amor propio para saber decirle que no ni valorar lo que realmente necesitáis. Y luego pasa lo que pasa, que ese tío puede conseguir a cualquier mujer, y cuando os utiliza llegan los estados depresivos y vamos a llorarle a nuestras amiguitas... Porque no tenemos personalidad, ni buscamos la verdad para poder defenderos en un mundo real...

La verdad, el testimonio que dio mi admirado compañero fue muchísimo más profundo, estuvo cerca de una hora hablando, exponiendo sus experiencias personales, para intentar influirnos con su opinión... Lo que he relatado es un breve y cutre resumen adaptado con mis palabras de lo que hoy por hoy, soy capaz de recordar... (el mensaje lo tengo grabado a fuego en mi cabeza...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario