sábado, 22 de octubre de 2011

7 días...

Y ya me tocaba escribir. Que el blog haya estado vacío 7 días, no significa que no haya estado pendiente de las cosas, porque la verdad, he desperdiciado demasiado tiempo del que he tenido estos días, aunque por lo menos no ha sido en vano...  Y es que traigo una empanada mental increíble, una pasividad sin motivo, y diría que sin precedentes, y es que la mayoría de las cosas me dan igual. Me remuerde la conciencia el que me despreocupe de mis deberes de física o que dedique mis noches a conversar absurdamente por twitter para ver quien tira más el tiempo. Sobre todo, porque espero una cosa que no va a llegar nunca. Y es recibir un saludo, que signifique un primer paso para... Para nada, porque si hay algo que creo imposible es que demos la cara, o que por una vez nos traguemos el orgullo, total, "soy yo el culpable". Pero no quiero hablar de eso. Porque no vale la pena, he aprendido a no confiar en nadie que no me demuestre realmente que vale la pena hacerlo, y que sepa que no me van a dejar tirado. Y gracias a Dios, no son pocos los que han respondido a la llamada...

Hoy ha sido el ensayo de mi confirmación, mi esperadísima confirmación. Y aún no tengo ni idea de como saldrán las cosas, entre un miedo escénico por leer una de las lecturas, o saber que estás invitando a gente que ni siquiera sabes si aparecerá, o si aparecerá y tendrás que ir acompañado de 40 personas de cena... Pero no lo temo. Porque después de todas las experiencias de Fe que traigo conmigo, desde Guadalupe en 2009, vigilias de la inmaculada, javieradas, peregrinación a Santiago, convivencias, encuentros y discursos de esos que te tocan el corazón... En mente tengo los de Rylko, de Santiago y de Cibeles, el de Alberto el seminarista en Guadalupe, y el de Benedicto XVI en Cuatro Vientos... Pero ahora no quiero hablar sobre eso, quiero gritarle al mundo las ganas que tengo de confirmarme, de cumplir el paso que me falta, de recibir al Espíritu Santo, y devolver todo lo que se me ha dado. Porque hoy en el ensayo, simplemente el ensayo, como me ha llegado... ¡Qué presión me ha intimidado...! Y que sensaciones me he llevado, simplemente por saber donde nos vamos a colocar, que tenemos que decir por encima durante la ceremonia, y terminar de elegir las canciones... Recordar que la confirmación fue el comienzo de la evangelización de los apóstoles, y de todo el mundo, da para pensar en lo importante que es este paso... Y como ese será el tema, no va a haber canción mejor en la comunión que Alma Misionera, una de mis favoritas desde que la oí en Guadalupe 2009 :)


PD: Algo que me he dejado en la entrada, es algo de lo que más me emociona y más ilusión me hace es poder juntar a todos, o al menos a una gran mayoría de esa gente que tanto significa para mí, que tanto me ha ayudado en mi camino hasta aquí, y que me ayudará en lo que venga, porque sé que ELLOS no me fallarán :)

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